La cancelación de la construcción
del CCO en el Cerro del Fortín, ha sido una excelente decisión del Gobernador
Gabino Cué. El lugar es inadecuado y el CCO necesario, pero en un lugar que
tenga las condiciones para beneficiar a muchos y no a unos cuantos.
Oaxaca
necesita un centro de convenciones como el que tiene Mérida. A las afueras de la ciudad para que
con espacio, genere un polo de desarrollo, en donde al centro de convenciones
se le sumen proyectos de la IP para estimular la economía y el propio turismo.
El que se iba a construir en el Cerro del Fortín correría la misma suerte del
“centro de convenciones” que hizo el Gobernador José Murat en el
estacionamiento del Teatro Álvaro Carrillo.
Sobre el penoso asunto, en esta columna
escribimos que: “un amigo del gobernador debería de hacerle ver el error”.
Porque le diré, amable lector, he trabajado para varios gobernadores de Oaxaca
y de otros estados, y he visto que al aproximarse el término de su
administración, “los amigos vividores del presupuesto” se esfuman, marcan
distancia y en algunos casos ni siquiera le hacen caso.
El Gobernador Gabino
Cué ya entró en el final de su sexenio, y los “amigos” se empezarán a retirar.
De modo que la persona que influyó para que se cancelara la obra en el Cerro
del Fortín, debe ser un verdadero amigo del mandatario.
Por otra parte, la cancelación de
la obra debe tener un mensaje muy claro para el que será el próximo gobernador,
y sobre todo, para los ciudadanos de Oaxaca. Al futuro gobernante el mensaje es que ya no son
tiempos de “pasar por encima del bien común”.
No se puede gobernar y mercar al
mismo tiempo. Oaxaca es un estado que, cultural e históricamente, se ha
caracterizado por la participación del pueblo en la vida de la comunidad.
Hasta
el Gobernador Heladio Ramírez se gobernó con “los usos y costumbres” tradicionales.
Con el Gobernador Diódoro Carrasco se empezó a descomponer el ejercicio del
poder y se dejaron de guardar los “equilibrios tradicionales” y todo ha venido
de mal en peor.
La desestabilización política que vive el estado encuentra
aquí, una de sus causas importantes. Será inteligente volver a “restaurar esos
equilibrios y respetar esas leyes no escritas de la real política oaxaqueña”.
El otro mensaje es para la
sociedad civil. Si se puede y si se debe organizarse, para exigir que se cumpla
estrictamente la ley y se respete el “bien común”, sobre el interés privado de
funcionarios-empresarios o empresarios-funcionarios.
Al gobierno, se va, a
servir a la comunidad, no a “servirse” de la sociedad. La sociedad civil
organizada debe estar vigilante y atenta a lo que se hace en el gobierno.
Exigir a través de los cauces legales que los funcionarios cumplan
estrictamente con la ley. La tarea pendiente es la organización, lejos de los
políticos y la política, sino, es más de lo mismo.
Finalmente, qué podemos decir de
las personas que legal e ilegalmente presionaron para se construyera el CCCO en
el Cerro del Fortín. Esa gente que mintió, la que obligó a que los empleados de
gobierno y de la IP votaran por el “si”.
Los que obligaron poner en los taxis
propaganda, los que montaron falsas operetas de apoyo, los que usaron a
instituciones para hacer el ridículo y deslegitimarse.
Los que pagados
escribieron cuartillas mercenarias a favor. Los que desde los micrófonos de la radio
denostaron a los valientes defensores de Oaxaca.
Y los cobardes que desde el
anonimato amenazaron de muerte a los verdaderos oaxaqueños.
Todos los que por
inercia o “por quedar bien”, o por unas moneadas de plata se mancharon y fueron
comparsa de los que querían engañar a la opinión pública y dañar el patrimonio
cultural y natural de los oaxaqueños para obtener una ganancia inmoral e
ilegal.
“Esos”, ya se conocieron por sus actos y quedarán en la vergüenza
pública. Visite www.aquioaxaca.com