Algunas personas piensan que el
pasado “pasó”, pero resulta que, ¡cuando no se tiene bien “digerido el pasado”
…! sigue pasando!, una y otra vez. México es una neocolonia desde 1824, cuando
los criollos fundaron su país y expulsaron a los gachupines en 1828. Realmente
lo único que ha cambiado durante estos cinco siglos es la mayor explotación. El
país es altamente racista, clasista, depredador y deshumanizado con los pobres.
Las castas siguen vigentes: los gachupines fueron los españoles nacidos en
España; ahora son los extranjeros llegados y nacidos en México. Los criollos
eran hijos de gachupines, pero nacidos en esta tierra; ahora son los hijos de
extranjeros con varias generaciones.
Los mestizos eran la mezcla; como en
nuestros días, pero esa mezcla mayoritariamente viene de los pueblos anahuacas.
Y los anahuacas, que actualmente son un 15% de la población y que viven en
feroz resistencia. Durante el periodo colonial los gachupines tenían el poder y
los criollos no podían acceder a los más altos cargos del gobierno, la iglesia,
el ejército e integraban la casta divina de comerciantes, mineros y hacendados.
En la actualidad la casta la integran como base esas 16 familias que, en
conjunto, tienen el dinero suficiente para pagar la deuda externa; y unas
doscientas mil personas que, junto con ellos, poseen la mayor parte de la
riqueza de este país.
Son blancos, con una madre patria siempre presente que
puede estar en Europa o Medio Oriente, que poseen doble pasaporte, viven en
fraccionamientos exclusivos, tienen tiendas, hospitales, centros deportivos,
escuelas, restaurantes y bares muy, pero muy exclusivos en los que “los hijos
de la conasupo no pueden acceder. Son los que fundan y dirigen las grandes y
medianas empresas.
Son la clase empresarial “mexicana”, aunque en general,
todos tienen apellidos extranjeros, son los que manejan y mueven la economía,
la iniciativa privada. Pero también se les encuentra en el gobierno en los
altos y medianos puestos, de jefe de unidad hasta secretarios y presidentes.
Por ejemplo, para que Fox fuera presidente cambiaron el artículo 82 de la
Constitución, en donde era condición que fuera hijo de padres mexicanos.
Después le siguen los criollos, que están en los puestos medios de la economía
y el gobierno, aunque algunos se han colado a la grande, como Calderón y
Zedillo, pero todos, unos y otros, viven en la ideología criolla, es decir, la
explotación deshumanizada de los nativos y la depredación de los recursos
naturales. Resultado de cinco siglos de colonización hace que el mexicano
piense exactamente igual que Hernán Cortés y se convierta en un
conquistado-conquistador, en un colonizado-colonizador.
Los pobres integran
esas masas amorfas, desculturizadas, agringadas, ideológicamente deformados por
la SEP, la TV y la radio comercial, que en general, sienten desprecio por su
cultura Madre, la niegan y la ridiculizan. Finalmente están los pueblos
anahuacas, los más pobres entre los pobres, los más asediados y golpeados,
ahora por las mega empresas extractivas que los quieren despojar de lo único
que tienen, sus tierras ancestrales. Ciertamente estamos generalizando, lo cual
es peligroso, pero a veces, necesario para entender problemas históricos y
culturales muy complejos.
Resulta que los pobres, los
expulsados del país, los que tienen que ir a E.U. en calidad de ilegales, son
los que aportan a la economía más de 40 mil millones de dólares al año. Ningún
otro sector de la economía de los criollos y extranjeros avecindados logra esa
cantidad de riqueza. Los criollos históricamente se han caracterizado por
mediocres, corruptos e ineptos.
Los mega ricos actuales, surgen de la
corrupción del salinato y del Fobaproa, nunca han sido exitosos empresarios.
Los criollos nunca han creído en este país y nunca invierten en investigación,
educación, e innovación, son rentistas corruptos. Tienen sus capitales en el
extranjero y en su madre patria, ellos sacan, no invierten. Personajes como
Fox, Kamel Nacif o Succar Kuri, podrían representar a los extranjeros mexicanos
o gachupines modernos. Personajes como Ancira o Lozoya, como los criollos y una
larga lista tomada, por ejemplo, de los “inversionistas de Andorra”, que escondían
48 mil millones de pesos. Tanto gachupines como criollos, después de sus
fechorías en estas tierras que les han dado asilo y riqueza, siempre huyen a su
madre patria, buscando su protección.
Esta casta ha logrado hacer y
deshacer, tanto en el Virreinato como en México, porque los habitantes de estas
tierras, -los pobres-, desde hace cinco siglos han perdido la memoria histórica
y la identidad cultural ancestral. No saben de dónde vienen, a lo máximo creen
que del “México Prehispánico” con los mexicas de la SEP.
No saben quiénes son,
unos se creen españoles, otros franceses y los más modernos se sienten gringos.
Muchos tienen títulos académicos y no saben que no saben. No tienen conciencia
de Ser, viven en estado catatónico a través de una amnesia aterradora.
Por lo
tanto, no son responsables de sus comunidades, de su país, de su futuro, “viven
al día a salto de mata”, buscando dinero para ser felices. Han perdido la
dignidad. Así los quiere el sistema, así los necesita.
Educayotl AC. Educar
para el futuro con la sabiduría del pasado. www.toltecayotl.org