El problema de la contaminación es fenómeno de carácter eminentemente ESPIRITUAL. En efecto, la contaminación es antes que nada un problema íntimo de carencia de valores espirituales. Cuando un individuo ha perdido los valores espirituales de la vida. Cuando se ha roto esa delicada membrana que cubre su espíritu que se llama CONCIENCIA. Cuando ha perdido la vergüenza interior…se convierte en un ser cínico, insensible y terriblemente depredador.
Al estar contaminado su espíritu, al perder estos valores ancestrales y esenciales “de la humano”, empieza a contaminar su exterior. La contaminación es un proceso que va de adentro hacia fuera, del espíritu al medio ambiente.
La “contaminación del medio ambiente” es el resultado de la contaminación espiritual de los individuos y de la sociedad. Así es, cuando una persona puede vivir en una casa sucia, cuando es capaz dejar la bolsa de la basura en la calle, cuando tira basura en todas partes y a todas horas, es que esa persona esta “contaminada espiritualmente”. Pero en otros niveles es lo mismo. Sean grandes empresarios o altos funcionarios que por el ánimo de obtener riqueza indebida, pueden autorizar acciones que destruyen a la naturaleza o la contaminan. El frenesí de lucrar indebidamente perjudicando su entorno o a sus congéneres, sin ninguna vergüenza o preocupación, es reflejo de que estas personas están contaminadas internamente.
Pero en esta entrega, amable lector, queremos llamar su atención para la reflexión de una parte de esta contaminación, que pensamos es más peligrosa. Nos referimos a la forma en la que los niños y los adolescentes se comportan y se expresan. La manera en que se forman los valores y se educan. El lenguaje común de los niños y jóvenes es de “guey para arriba”. No solo las groserías, sino la intención de sus palabras resultan verdaderamente alarmantes. La actitud de los jóvenes es totalmente irrespetuosa y sin límites. Pareciera que ya no existe el respeto a nada. Se podría argumentar en contra diciendo que “siempre los viejos se han quejado de lo mismo”. En parte esto es cierto, pero se explica al ver como durante el siglo pasado, los valores se fueron deteriorando día a día. Sin embargo, en los últimos 20 años este problema se ha agudizado de manera brutal.
Al analizar el avance en la contaminación “material” con la contaminación “espiritual”, vemos un sorprendente paralelismo. En efecto, la destrucción de la naturaleza, junto con la contaminación ambiental es directamente proporcional con la pérdida de valores espirituales, morales, éticos y humanísticos en la sociedad.
El problema del “Calentamiento de la Tierra”, es tan alarmante como el de la degradación de valores y principios en la sociedad, especialmente en los niños y jóvenes. Y no podía ser de otra forma, sí aceptamos que la contaminación es en principio un problema de orden interior-espiritual. Y como los humanos somos parte integrante de la Tierra, y que esta es un ser vivo, es lógico entender que “al enfermar el ser humano…enferma también la Tierra”. De esta manera debemos de entender que la Tierra esta enferma, porque los seres humanos estamos enfermos. Nuestra inconciencia, la pérdida de valores, el culto al becerro de oro, el consumismo, el individualismo, la destrucción de culturas ancestrales, nos está envenenando fatalmente.
De esta manera, sí el CO2 esta contaminado la atmósfera y la industrialización están destruyendo nuestro hábitat; en el aspecto espiritual es la voracidad por el dinero y el culto a la materia lo que nos está destruyendo. En efecto, la sociedad hoy se mueve por dinero. No se mueve por valores, ideologías o religiones…no, el gobierno, las familias y los individuos se mueven por DINERO. Para que esto suceda se tienen que destruir los VALORES y la CONCIENCIA.
Pero, quién ha logrado introducir esta diabólica actitud o inconciencia en la gente. Indiscutiblemente que los medios masivos, pero especialmente la televisión y la radio. Estos medios son los que marcan conciente e inconcientemente los valores y los paradigmas de la sociedad. Su poder es tan absoluto y total, que el mismo gobierno los utiliza para gobernar y validar su (limitado) poder. Porque hoy en día, quién tiene los medios…tiene el PODER y lo que no pasa en la TV no pasa en la realidad.
Quienes manejan el gobierno, las industrias y las empresas, especialmente las relacionadas a los medios masivos de comunicación, hoy en día carecen de valores espirituales. La ética, la moral, las buenas costumbres, las tradiciones, no comparten el espacio por su ambición por el DINERO. Y a unos y a otros, no le importa en lo más mínimo que el planeta Tierra se empiece a morir, como no le importa que las nuevas generaciones se embrutezcan, se vulgaricen, se denigren y pierdan la noción de los límites…cuando hay que hacer DINERO, para ellos no existe obstáculo o limite moral o ético.La juventud se esta destruyendo a la misma velocidad que la Tierra. La contaminación espiritual y la contaminación ambiental, son parte de un mismo problema. Pero la contaminación espiritual, a pesar de ser más grande y más importante…no la queremos ver. Simplemente los padres y los maestros cerramos los ojos. El gobierno definitivamente no lo quiere ver. Así como nos estamos acostumbrando a vivir en medio de la basura, de la misma forma nos estamos acostumbrando a ver, como “algo normal” la bajeza, las groserías y degradación de nuestra juventud. Quienes educan e instruyen a nuestros hijos son los conductores, cómicos y artistas de la televisión. Ellos son los que todos los días crean y recrean el paradigma de nuestra sociedad, entre la vulgaridad, la bajeza y la irreverencia. Sí la Tierra esta muriendo es porque sus hijos están muriendo. La Madre en el aspecto material y sus hijos en el aspecto espiritual. A los dos los mata la pérdida de los valores espirituales.
Al estar contaminado su espíritu, al perder estos valores ancestrales y esenciales “de la humano”, empieza a contaminar su exterior. La contaminación es un proceso que va de adentro hacia fuera, del espíritu al medio ambiente.
La “contaminación del medio ambiente” es el resultado de la contaminación espiritual de los individuos y de la sociedad. Así es, cuando una persona puede vivir en una casa sucia, cuando es capaz dejar la bolsa de la basura en la calle, cuando tira basura en todas partes y a todas horas, es que esa persona esta “contaminada espiritualmente”. Pero en otros niveles es lo mismo. Sean grandes empresarios o altos funcionarios que por el ánimo de obtener riqueza indebida, pueden autorizar acciones que destruyen a la naturaleza o la contaminan. El frenesí de lucrar indebidamente perjudicando su entorno o a sus congéneres, sin ninguna vergüenza o preocupación, es reflejo de que estas personas están contaminadas internamente.
Pero en esta entrega, amable lector, queremos llamar su atención para la reflexión de una parte de esta contaminación, que pensamos es más peligrosa. Nos referimos a la forma en la que los niños y los adolescentes se comportan y se expresan. La manera en que se forman los valores y se educan. El lenguaje común de los niños y jóvenes es de “guey para arriba”. No solo las groserías, sino la intención de sus palabras resultan verdaderamente alarmantes. La actitud de los jóvenes es totalmente irrespetuosa y sin límites. Pareciera que ya no existe el respeto a nada. Se podría argumentar en contra diciendo que “siempre los viejos se han quejado de lo mismo”. En parte esto es cierto, pero se explica al ver como durante el siglo pasado, los valores se fueron deteriorando día a día. Sin embargo, en los últimos 20 años este problema se ha agudizado de manera brutal.
Al analizar el avance en la contaminación “material” con la contaminación “espiritual”, vemos un sorprendente paralelismo. En efecto, la destrucción de la naturaleza, junto con la contaminación ambiental es directamente proporcional con la pérdida de valores espirituales, morales, éticos y humanísticos en la sociedad.
El problema del “Calentamiento de la Tierra”, es tan alarmante como el de la degradación de valores y principios en la sociedad, especialmente en los niños y jóvenes. Y no podía ser de otra forma, sí aceptamos que la contaminación es en principio un problema de orden interior-espiritual. Y como los humanos somos parte integrante de la Tierra, y que esta es un ser vivo, es lógico entender que “al enfermar el ser humano…enferma también la Tierra”. De esta manera debemos de entender que la Tierra esta enferma, porque los seres humanos estamos enfermos. Nuestra inconciencia, la pérdida de valores, el culto al becerro de oro, el consumismo, el individualismo, la destrucción de culturas ancestrales, nos está envenenando fatalmente.
De esta manera, sí el CO2 esta contaminado la atmósfera y la industrialización están destruyendo nuestro hábitat; en el aspecto espiritual es la voracidad por el dinero y el culto a la materia lo que nos está destruyendo. En efecto, la sociedad hoy se mueve por dinero. No se mueve por valores, ideologías o religiones…no, el gobierno, las familias y los individuos se mueven por DINERO. Para que esto suceda se tienen que destruir los VALORES y la CONCIENCIA.
Pero, quién ha logrado introducir esta diabólica actitud o inconciencia en la gente. Indiscutiblemente que los medios masivos, pero especialmente la televisión y la radio. Estos medios son los que marcan conciente e inconcientemente los valores y los paradigmas de la sociedad. Su poder es tan absoluto y total, que el mismo gobierno los utiliza para gobernar y validar su (limitado) poder. Porque hoy en día, quién tiene los medios…tiene el PODER y lo que no pasa en la TV no pasa en la realidad.
Quienes manejan el gobierno, las industrias y las empresas, especialmente las relacionadas a los medios masivos de comunicación, hoy en día carecen de valores espirituales. La ética, la moral, las buenas costumbres, las tradiciones, no comparten el espacio por su ambición por el DINERO. Y a unos y a otros, no le importa en lo más mínimo que el planeta Tierra se empiece a morir, como no le importa que las nuevas generaciones se embrutezcan, se vulgaricen, se denigren y pierdan la noción de los límites…cuando hay que hacer DINERO, para ellos no existe obstáculo o limite moral o ético.La juventud se esta destruyendo a la misma velocidad que la Tierra. La contaminación espiritual y la contaminación ambiental, son parte de un mismo problema. Pero la contaminación espiritual, a pesar de ser más grande y más importante…no la queremos ver. Simplemente los padres y los maestros cerramos los ojos. El gobierno definitivamente no lo quiere ver. Así como nos estamos acostumbrando a vivir en medio de la basura, de la misma forma nos estamos acostumbrando a ver, como “algo normal” la bajeza, las groserías y degradación de nuestra juventud. Quienes educan e instruyen a nuestros hijos son los conductores, cómicos y artistas de la televisión. Ellos son los que todos los días crean y recrean el paradigma de nuestra sociedad, entre la vulgaridad, la bajeza y la irreverencia. Sí la Tierra esta muriendo es porque sus hijos están muriendo. La Madre en el aspecto material y sus hijos en el aspecto espiritual. A los dos los mata la pérdida de los valores espirituales.
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